En Stanford Children’s Health, un tratamiento innovador le da corazón y pulmones nuevos a un adolescente de Oregón agradecido
* ¿Está Navidad? "Me siento mucho mejor que el año pasado".
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Oswaldo, de 14 años, y su familia con la Dra. Carol Conrad, directora del programa de trasplantes pediátricos de corazón-pulmón en Packard Children’s.
Las fiestas son un poco distintas en esta ocasión para Oswaldo Jiménez, de 14 años, de Salem, Oregón.
El año pasado en Navidad, estaba enfermo. Estaba tan enfermo que su vida corría peligro. Diagnoticado con hipertensión arterial pulmonar a los nueve años de edad, tenía insuficiencia cardiac y pulmonar, y un trasplante de corazón-pulmón parecía ser su única esperanza real de sobrevivir.
Oswaldo fue remitido a los doctores del Lucile Packard Children’s Hospital Stanford y de Stanford Children’s Health, uno de los centros líderes en trasplante de órganos en Estados Unidos. Sus doctores en Packard Children's determinaron que Owsaldo efectivamente necesitaría un trasplante, pero que podía regresar a su casa en Oregón y ahí esperar la llamada para el trasplante. No obstante, en la primavera, la afección de Owaldo emperó rápidamente, lo ingresaron en el hospital local y lo aerotransportaron a Packard Children's en mayo.
¿Qué había pasado? La hipertensión arterial pulmonar dificultaba que la sangre fluyera de manera adecuada a través de los pulmones de Owsaldo, en donde la sangre recoge oxígeno para el resto del cuerpo. "La alta presión arterial en los pulmones estaba provocando que el corazón bombeara cada vez más fuerte", explicó el cardiólogo pediátrico, el Dr. Jeffrey Feinstein, director del Centro Vera Moulton Wall para hipertensión pulmonar vascular, y director del programa de hipertensión pulmonar pediátrica del hospital. "Al final esto provocó que el corazón le fallara".
"Cuando lo evaluamos en un inicio algunos meses antes, tenía muy pocos síntomas; cuando regresó, solo podía caminar distancias cortas antes de quedarse sin aliento", añadió Feinstein, quien también es profesor de pediatría en la Facultad de Medicina de Stanford y profesor de hipertensión vascular pulmonar en Dunlevie Family. "La presión en los pulmones también provocó dos episodios de hemorragia pulmonar. Esta hemorragia hacia los pulmones puede ser mortal"
Los trasplantes combinados de corazón y pulmón son tan poco comunes que en Estados Unidos solo se realizaron 24 en el 2014. Stanford ha sido por mucho tiempo el líder nacional en trasplantes de múltiples órganos: el primer trasplante combinado de corazón y pulmón exitoso en el mundo, en un adulto, se realizó en el Hospital Stanford en 1981.
Poner a Oswaldo en la lista para trasplante era solo el inicio. Los equipos de atención querían asegurarse de que el corazón y los pulmones con insuficiencia pudieran seguir funcionando hasta que hubiera órganos de donantes disponibles. Necesitaban establecer lo que se llama la solución "puente al trasplante", una solución que preservaría los órganos de Oswaldo hasta que se pudiera hacer el trasplante.
"Un elemento integral del éxito entre los niños que están esperando un trasplante de pulmón es hacer que se muevan", comentó la neumóloga pediátrica, la Dra. Carol Conrad, directora del programa de trasplantes pediátricos de pulmón y de corazón-pulmón en el hospital, y profesora adjunta de pediatría en la Escuela de Medicina. "Estar en buena forma ayuda a hacerlos buenos candidatos para el trasplante. La debilitación previa a la operación lleva a un período de recuperación prolongado postoperatorio y a un peor resultado a largo plazo".
En ese momento los doctores decidieron intentar un procedimiento innovador que le permitiría a Owaldo moverse. Llamada derivación de arteria pulmonar a aurícula izquierda, se trata de una operación que se había utilizado solamente una docena de veces en pacientes en el país. La operación reduciría la carga de trabajo del corazón que estaba fallando, lo cual le permitiría a Oswaldo mantenerse en movimiento y le ayudaría a oxigenar la sangre mientras esperaba el trasplante.
"Estaba muy gravemente enfermo y se trataba de un procedimiento muy arriesgado; corría un alto riesgo de un paro cardíaco cuando lo estaban durmiendo para la cirugía", dijo el Dr. Katsuhide Maeda, director de cirugías del programa de trasplante de pulmón y de corazón-pulmón, y profesor clínico adjunto de cirugía cardiotorácica en la Escuela de Medicina. "Pero esencialmente, esta desviación creó un "pulmón" que serviría para oxigenarle la sangre conforme fluía a través de una caja afuera del cuerpo. Ya que el dispositivo era razonablemente pequeño, le permitía mantenerse despierto y móvil mientras esperaba el trasplante".
Para sus padres, Carmen Hernández y Martín Jiménez, fue una decisión difícil seguir adelante con el procedimiento innovador, pero no había otras opciones, y ellos confiaban en el equipo.
"No nos habían dado esperanza alguna hasta que vinimos aquí", dijo la mamá de Oswaldo, Carmen Hernández, por medio de un intérprete. "Esto parecía darle la mejor posibilidad de vivir".
El procedimiento implicaba la inserción de un tubo para desviar la sangre de los pulmones de Oswaldo hacia el oxigenador. Esto, a su vez, daba oxígeno a la sangre y luego la devolvía al cuerpo, y el corazón mismo era la bomba. Los datos sobre este dispositivo de derivación indican que puede preservar la vida de los pacientes entre semanas a seis meses, dependiendo principalmente de poder evitar que se coagule la sangre mientras se evitan complicaciones como hemorragias o accidentes cerebrovasculares.
El 12 de julio, Oswaldo hizo historia al convertirse en el primer niño en la costa oeste de los Estados Unidos en ser sometido a este tratamiento; le salvó la vida y le ganó tiempo. Entonces, solo una semana después de la derivación, pudo disponer de órganos de donantes. Oswaldo recibió el trasplante de corazón y pulmón el 19 de julio.
"Estábamos muy agradecidos por la donación de órganos", dijo Carmen, la mamá. "En medio de una época de profundo dolor en otra familia, le dieron a mi hijo el máximo regalo de la vida".
La familia de Oswaldo junto a su cama en cuidados intensivos, cirugía postrasplante (izquierda). En esta imagen se muestra a Oswaldo sosteniendo el corazón original (derecha).
El período postquirúrgico ha sido complicado, pero el equipo cree que Oswaldo y su familia podrán estar en casa cerca del Año Nuevo. "Está mejorando", dijo Conrad, "y lo están desconectando gradualmente del ventilador. Esperamos verlo regresar a sus actividades normales en los próximos meses".
"No hay palabras para expresar nuestra gratitud y no podemos elogiar lo suficiente a nuestro equipo médico", dijo Martin, el papá. "Una vez que llegamos aquí, supimos que teníamos la mejor atención con el equipo más experimentado posible". "Ahora, los doctores pueden utilizar esta terapia para tratar a otros pacientes", añadió Carmen. Tal vez la siguiente familia que se enfrente a esto no tendrá que tomar una decisión tan difícil, porque sin duda funcionó para Oswaldo".
Conrad dice que es probable que utilicen este tratamiento de puente al trasplante otra vez, lo que añade otra opción a las terapias de Stanford Medicine y a las innovaciones para niños con insuficiencia cardiaca y pulmonar.
Oswaldo solo espera poder ser un niño de nuevo. "Quiero correr y jugar y recuperar mi vida", dijo, orgulloso de haber hecho historia como el primer niño en la costa oeste en haber recibido este tratamiento. ¿Y en cuanto a lo que depara el futuro?
"Solo sé que quiero hacer algo grandioso en la vida". Creemos que ya lo ha hecho.
Contacto en los medios:
Samantha Dorman
sdorman@stanfordchildrens.org
650-498-7056
Acerca de Stanford Children’s Health y Lucile Packard Children’s Hospital Stanford
Stanford Children’s Health, con Lucile Packard Children’s Hospital como su núcleo, es la organización de atención médica más grande del área de la Bahía dedicada exclusivamente a niños y madres embarazadas. Reconocidos desde hace mucho tiempo por U.S. News & World Report como uno de los mejores centros de salud de Estados Unidos, somos líderes en atención de calidad y de clase mundial y en resultados extraordinarios en cada especialidad pediátrica y obstétrica, y ofrecemos desde atención de rutina hasta servicios especializados e innovadores, sin importar la capacidad de pago de la familia. Además de los médicos, enfermeras y personal de Stanford Medicine puede llegar a nosotros a través de asociaciones, colaboraciones, sedes de atención comunitaria, clínicas especializadas y centros de atención primaria en más de 100 ubicaciones de la región occidental de EE. UU. Como una organización sin fines de lucro, nos comprometemos a apoyar a nuestra comunidad, desde brindar atención a niños sin seguro y sin cobertura de seguro suficiente, y a adolescentes y madres embarazadas sin hogar, hasta ayudar a restablecer los cargos de enfermera escolar en las escuelas locales. Aprenda más en stanfordchildrens.org y en nuestro blog Vidas más sanas y felices. También puede enterarse de cómo estamos construyendo el hospital del futuro. Síganos en Facebook, Twitter, LinkedIn and YouTube.
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