Los bebés recién nacidos cuentan con capacidades fantásticas para ver y oír. A pesar de que su visión no es tan aguda como la de un adulto, demuestran reconocer el rostro de los adultos en los primeros días de vida. Los bebés también responden de forma sorprendente a los sonidos. Se sobresaltan ante ruidos fuertes y se calman con la voz de su madre.
A veces, los bebés presentan problemas de la visión. Estos problemas pueden ser el resultado de un defecto congénito, o pueden ser causados por factores como prematuridad, problemas neurológicos, trastornos genéticos u otras enfermedades.
Como muchos problemas oculares se manifiestan a una edad temprana, es importante que su hijo reciba una atención adecuada de los ojos (exámenes oculares y análisis de control de la visión). Los problemas de visión pueden provocar pérdida de la visión, problemas de desarrollo y trastornos de aprendizaje. El control de la capacidad visual de su hijo es una parte importante de la salud de su hijo en crecimiento.
A continuación se enumeran algunos de los factores que pueden contribuir a aumentar el riesgo de que su hijo sufra problemas de la visión.
Infecciones maternas durante el embarazo
Bebés prematuros
Enfermedades del corazón en el bebé
Problemas con la propia estructura del ojo presentes desde el nacimiento (ambliopía, estrabismo, cataratas)
Antecedentes familiares de problemas de la visión
Problemas de audición
Traumatismos en el ojo