EEG es la abreviatura en inglés de electroencefalograma. El prefijo latino electro significa “eléctrico”, encéfalo significa “cerebro” y grama hace referencia al registro por escrito. Por lo tanto, un electroencefalograma es una representación registrada de la actividad eléctrica que genera un cerebro. Durante casi un siglo, los EEG han proporcionado a los médicos la capacidad de detectar, registrar y analizar de manera segura y no invasiva varios patrones diferentes de actividad eléctrica cerebral u ondas cerebrales. Al examinarlos, los neurólogos a menudo pueden determinar por qué un niño puede sufrir convulsiones, dolores de cabeza crónicos u otros síntomas neurológicos.
Al adherir pequeños cables sensibles (electrodos) en la superficie del cuero cabelludo del niño y registrar los patrones eléctricos emitidos por grupos de neuronas en partes del cerebro debajo de esos electrodos, los médicos pueden saber si las ondas cerebrales son normales o si indican alguna anormalidad. Por ejemplo, se pueden diagnosticar diferentes tipos de epilepsia al identificar sus patrones de ondas cerebrales característicos. A veces, las convulsiones comienzan en un lugar específico del cerebro. En tales casos, el EEG puede ayudar a identificar esa ubicación para que pueda tratarse directamente o extirparse con una cirugía. En ocasiones, el EEG también puede identificar una actividad cerebral anormal después de un accidente cerebrovascular o detectar daños causados por una lesión en la cabeza o por la presencia de un tumor cerebral.
Los EEG son seguros y no causan dolor alguno. Aunque hay algunos EEG que pueden demorar un día o más, la gran mayoría de los EEG se realizan de forma ambulatoria y, por lo general, solo demoran unos 90 minutos.
El electroencefalograma es un estudio eficaz, seguro e indoloro que puede revelar mucho sobre la condición cerebral de un niño. Pero no todos los EEG se realizan de la misma manera y es importante que el EEG de un niño se lleve a cabo en un centro en donde los niños sean la principal prioridad. Por un lado, con respecto a la actividad eléctrica en sus cerebros, los niños no son solo adultos pequeños. Es normal que los EEG de los niños presenten características diferentes en las distintas etapas del desarrollo. Lo que serían patrones problemáticos en una etapa pueden estar en el rango normal en una etapa anterior. Nuestros neurólogos son expertos y están dedicados a interpretar estas sutiles diferencias. Nuestros técnicos de EEG también se destacan por ayudar a los niños a relajarse y cooperar durante estos estudios. Todos los técnicos de EEG de Stanford Medicine Children's Health tienen la certificación ABRET, que se obtiene solo al cumplir los niveles más altos de capacitación y experiencia continuas. Un técnico excelente puede marcar una gran diferencia, tanto en la experiencia del niño y su familia como en la precisión y, en última instancia, la eficacia de la prueba para recomendar si se necesita algún tipo de tratamiento y, si es así, cuál sería el mejor tratamiento posible.
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