La hepatitis autoinmune se presenta cuando el sistema de su cuerpo que combate las enfermedades (sistema inmunitario) ataca las células de su hígado. Eso causa enrojecimiento e hinchazón (inflamación) y daño hepático.
Es una enfermedad del hígado de larga duración (crónica).
La hepatitis autoinmune puede clasificarse como de tipo 1 o de tipo 2.
Es la forma más común de la enfermedad.
Puede ocurrir a cualquier edad, pero suele comenzar cuando la persona es adolescente o adulto joven.
Afecta más a las mujeres que a los hombres.
Suele estar relacionada con otras enfermedades en las que el cuerpo se ataca a sí mismo (trastornos autoinmunes). Incluyen, por ejemplo, la tiroiditis, la enfermedad de Graves, la diabetes tipo 1 y la colitis ulcerosa.
Es menos común.
Con mayor frecuencia, afecta a las niñas de entre 2 y 14 años.
El hígado es un órgano grande que se encuentra debajo de las costillas, del lado derecho de su abdomen. Ayuda a filtrar los desechos de su cuerpo. Produce bilis para ayudar a digerir la comida, y almacena el azúcar que su cuerpo usa para tener energía.
Los expertos no saben con certeza a qué se debe la hepatitis autoinmune.
Se relaciona con un trastorno llamado hipergammaglobulinemia. Este trastorno se produce cuando usted tiene demasiados anticuerpos contra las proteínas en su sangre. Puede deberse a una infección de larga duración (crónica) o a ciertas enfermedades de la sangre.
La hepatitis autoinmune de tipo 1 se relaciona con otros trastornos en los que el cuerpo se ataca a sí mismo (trastornos autoinmunes). Incluyen, por ejemplo, la tiroiditis, la enfermedad de Graves, la diabetes tipo 1, la anemia hemolítica, la trombocitopenia inmune, la enfermedad celíaca y la colitis ulcerosa.
Los síntomas pueden variar de una persona a otra. Algunos de los síntomas más comunes son:
Cansancio extremo (fatiga)
Coloración amarillenta de la piel y los ojos (ictericia)
Dolor abdominal
Dolor o inflamación en una articulación
Síntomas similares a la gripe
Picazón
Abdomen agrandado debido a un hígado y bazo agrandados
Vasos sanguíneos con forma de arañitas en la piel
Otros síntomas de la hepatitis autoinmune pueden incluir:
Orina oscura
Heces pálidas o de color gris
Ausencia de períodos menstruales en las mujeres
Falta de apetito
Acumulación de líquido en el abdomen (ascitis)
Confusión
Sangrado rectal o vómito con sangre
Los síntomas de la hepatitis autoinmune pueden parecerse a los de otros problemas de salud. Siempre consulte a su proveedor de atención médica para estar seguro.
Su proveedor de atención médica revisará sus antecedentes de salud y le hará un examen físico.
Algunos de los análisis de laboratorio que se usan para diagnosticar la hepatitis autoinmune incluyen:
Análisis de la función hepática. Comprueban si su hígado tiene enrojecimiento e hinchazón (inflamación) o daño.
Hemograma completo. Observa la cantidad y los tipos de células que hay en su sangre.
Panel de coagulación. Este análisis comprueba el funcionamiento de las proteínas de la coagulación.
Panel de electrolitos. Analiza si tiene un exceso o una falta de minerales (desequilibrio de electrolitos) en su sangre.
Anticuerpos autoinmunes. Se usan para ver si tiene hepatitis autoinmune u otra enfermedad del hígado con síntomas similares.
Otros exámenes del hígado. Se hacen para evaluar la posibilidad de que tenga otro tipo de enfermedad del hígado.
Análisis de otras sustancias químicas en su cuerpo.
También puede que le hagan pruebas de diagnóstico por imágenes tales como:
Tomografía computarizada (TC). Una tomografía computarizada es más detallada que una radiografía común. Puede mostrar imágenes detalladas de cualquier parte del cuerpo, incluyendo los huesos, los músculos, el tejido graso y los órganos. Usa una combinación de radiografías y tecnología computarizada para obtener imágenes horizontales (a menudo llamadas "cortes") del cuerpo.
Imágenes por resonancia magnética (RNM). Esta prueba produce imágenes detalladas de los órganos y las estructuras interiores de su cuerpo. Utiliza un campo magnético y pulsos de energía de ondas de radio. Puede que le inyecten una tintura en una vena. Esa tintura ayuda a que el hígado y otros órganos del abdomen se vean más claramente en la prueba de imágenes.
Ecografía. Para esta prueba, se emplean ondas de sonido de alta frecuencia para crear una imagen de los órganos. También permite ver cómo fluye la sangre a través de diferentes vasos sanguíneos.
Biopsia del hígado. Le tomarán muestras pequeñas de tejido del hígado con una aguja. Estas muestras se revisan con un microscopio para descubrir cuál es el tipo de enfermedad hepática.
El tratamiento funciona mejor cuando la hepatitis autoinmune se descubre en forma temprana. El objetivo del tratamiento es controlar la enfermedad y reducir o eliminar los síntomas (remisión).
Para eso, se usan medicamentos (corticosteroides y supresores del sistema inmunitario) a fin de ayudar a suprimir o reducir la actividad de su sistema inmunitario, que es activo por demás. También ayuda a que su cuerpo deje de atacar a su hígado.
Una vez comenzado el tratamiento, puede tomar entre seis meses y algunos años para que la enfermedad entre en remisión. Algunas personas pueden dejar de tomar los medicamentos, pero con frecuencia la enfermedad regresa. Puede que deba hacer el tratamiento durante el resto de su vida, con algunos períodos de descanso. Algunas personas necesitan seguir en tratamiento si tuvieron muchas recaídas o si su enfermedad es grave.
En algunos casos, la hepatitis autoinmune puede irse sola, sin tomar medicamentos. Pero, para la mayoría de las personas con hepatitis autoinmune, esta es una enfermedad crónica.
Puede producir cicatrices en el hígado (cirrosis). El hígado puede quedar tan dañado que deje de funcionar. Esto se llama insuficiencia hepática.
Si tiene insuficiencia hepática, puede que necesite un trasplante de hígado.
La hepatitis autoinmune se presenta cuando el sistema de su cuerpo que combate las enfermedades (sistema inmunitario) ataca las células de su hígado.
Es una enfermedad del hígado crónica o de larga duración que causa enrojecimiento e hinchazón (inflamación) y daño hepático.
Los expertos no saben con certeza cuáles son sus causas.
Afecta más a las mujeres que a los hombres.
Suelen usarse medicamentos para controlar la enfermedad.
Puede producir cicatrices en el hígado (cirrosis) e insuficiencia hepática.
Consejos para ayudarle a aprovechar al máximo una visita a su proveedor de atención médica:
Tenga en mente la razón de su visita y qué desea que suceda.
Antes de su visita, escriba las preguntas que quiere hacerle.
Lleve a alguien con usted para que le ayude a hacer las preguntas y para que recuerde lo que el proveedor le dice.
En la visita, escriba el nombre de un diagnóstico nuevo y de todos los medicamentos, tratamientos o análisis nuevos. Además escriba todas las instrucciones nuevas que le dé su proveedor.
Pregunte por qué se indica un medicamento o tratamiento nuevo, y cómo le ayudará. Además, consulte cuáles serán los efectos secundarios.
Pregunte si su afección se puede tratar de otras maneras.
Infórmese de por qué un análisis o procedimiento se recomienda y qué podrían significar los resultados.
Consulte qué puede ocurrir si usted no toma el medicamento o no se hace el análisis o procedimiento.
Si tiene una cita de control, anote la fecha, la hora y el propósito de esa visita.
Averigüe cómo comunicarse con su proveedor si tiene preguntas.
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