Los antibióticos son potentes medicamentos utilizados para tratar ciertas enfermedades. Sin embargo, los antibióticos no curan todo y los antibióticos innecesarios pueden ser incluso nocivos.
Existen dos tipos principales de gérmenes que causan la mayoría de las infecciones. Estos son los virus y las bacterias.
Los virus causan las siguientes afecciones:
resfríos y gripe;
el goteo nasal;
la mayoría de los tipos de tos y bronquitis; y
la mayoría de los dolores de garganta.
Los antibióticos no pueden eliminar los virus ni ayudarlo a que se sienta mejor si tiene un virus.
Las bacterias causan las siguientes afecciones:
la mayoría de las infecciones de oído;
algunas infecciones de los senos paranasales;
amigdalitis; e
infecciones de las vías urinarias.
Los antibióticos sí eliminan algunas bacterias específicas.
Algunos virus producen síntomas que se asemejan a las infecciones bacterianas y algunas bacterias pueden causar síntomas que se asemejan a las infecciones virales. El proveedor de atención médica de su hijo puede determinar qué tipo de enfermedad padece su hijo y recomendar el tipo de tratamiento adecuado.
Cada vez que toma un antibiótico, se eliminan bacterias. A veces, las bacterias que causan infecciones ya son resistentes a antibióticos recetados. Las bacterias también pueden adquirir resistencia durante el tratamiento de una infección. Las bacterias resistentes no responden a los antibióticos y continúan causando la infección. Un concepto falso común es que el cuerpo de una persona se vuelve resistente a medicamentos específicos. Sin embargo, es la bacteria, y no la persona, la que se vuelve resistente a los medicamentos.
Cada vez que toma o administra a su hijo un antibiótico de forma innecesaria o incorrecta, aumenta las probabilidades de desarrollar bacterias resistentes al medicamento. Por lo tanto, es realmente importante tomar antibióticos solo cuando es necesario. Debido a estas bacterias resistentes, algunas enfermedades que solían ser fáciles de tratar ahora se están volviendo prácticamente imposibles de tratar.
Las bacterias pueden desarrollar resistencia a ciertos medicamentos:
La resistencia al medicamento se produce cuando la bacteria desarrolla maneras de sobrevivir al uso de medicamentos destinados a eliminarlas o debilitarlas.
Si un germen se vuelve resistente a muchos medicamentos, el tratamiento de las infecciones puede resultar difícil o incluso imposible.
Una persona con una infección que es resistente a ciertos medicamentos puede transmitir la infección resistente a otra persona. De esta manera, una enfermedad difícil de tratar puede contagiarse de una persona a otra.
En algunos casos, la enfermedad resistente a los medicamentos puede llevar a una discapacidad seria o incluso a la muerte.
La resistencia puede producirse si la infección bacteriana se trata solo parcialmente. Para prevenir esto, es importante tomar el régimen completo de antibióticos según se le indica, incluso si su hijo se siente mejor.
Esta pregunta compleja, que debe ser respondida por el proveedor de atención médica de su hijo, depende del diagnóstico específico. Por ejemplo, existen distintos tipos de infecciones de oído: la mayoría necesitan antibióticos, pero otras no. La mayoría de los casos de dolor de garganta son causados por virus. Un tipo, la amigdalitis, que se diagnostica mediante un análisis de laboratorio, requiere antibióticos.
Las infecciones virales comunes, como una tos o un resfrío, a veces se pueden complicar y se puede desarrollar una infección bacteriana. Sin embargo, no se recomienda tratar las infecciones virales con antibióticos para prevenir una infección bacteriana debido al riesgo de producir resistencia bacteriana:
Recuerde que los antibióticos no actúan contra los resfríos virales y la gripe, y que los antibióticos innecesarios pueden ser nocivos.
Hable con su proveedor de atención médica de su hijo acerca de los antibióticos e investigue las diferencias entre virus y bacterias, y cuándo sí y cuándo no deben usarse.
Si su hijo recibe un antibiótico, asegúrese de administrarlo exactamente según la receta para reducir el desarrollo de bacterias resistentes. Su hijo debe finalizar el régimen completo; no lo interrumpa cuando los síntomas o la infección hayan desaparecido.
Nunca guarde las sobras de un antibiótico para usar "por las dudas". Esta práctica también puede producir resistencia bacteriana.
No comparta sus antibióticos con otra persona ni tome un antibiótico que haya sido recetado a otra persona.
La resistencia a los antibióticos es un problema tanto en niños como en adultos.
Recuerde que tomar antibióticos adecuadamente y asegurarse de que su hijo reciba las vacunas apropiadas ayudará a prevenir el tener que tomar medicamentos más peligrosos y más costosos. Hable con el proveedor de atención médica de su hijo para obtener más información.
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