El estreñimiento sucede cuando un niño tiene heces muy duras, y tiene un menor número de movimientos intestinales que los normales. Es un problema gastrointestinal (GI) muy común.
Las señales de que un niño tiene estreñimiento incluyen:
Tener menos evacuaciones intestinales que lo normal. El estreñimiento se define a menudo como tener menos de 3 evacuaciones a la semana. El número de evacuaciones puede ser diferente para cada niño. Sin embargo, un cambio en lo que es normal para su hijo puede significar que existe un problema.
Evacuar heces que son duras y, a veces, largas
Tener evacuaciones intestinales que son difíciles o dolorosas de expulsar
Las heces se pone duras y secas cuando el intestino grueso (colon) toma (absorbe) demasiada agua.
Normalmente, a medida que los alimentos van pasando por el colon, este absorbe agua al formar las heces. Hay movimientos musculares (contracciones) que empujan las heces hacia el recto. Cuando las heces llegan al recto, la mayor parte del agua se absorbió. Las heces son ahora sólidas.
Si su hijo tiene estreñimiento, los movimientos de los músculos de su colon son demasiado lentos. Eso hace que las heces pasen por el colon con mucha lentitud. El colon absorbe demasiada agua. Las heces se endurecen y se secan.
Una vez que un niño tiene estreñimiento, el problema puede empeorar rápidamente. Las heces duras y secas pueden ser dolorosas de expulsar. Por lo que el niño puede dejar de ir al baño porque le duele. Con el tiempo, el colon no será capaz de detectar que las heces están allí.
Hay muchas razones por las que un niño puede sufrir de estreñimiento. Algunas causas comunes relacionadas con la dieta y el estilo de vida incluyen:
Alimentación
Comer demasiados alimentos tienen gran contenido de grasa y baja cantidad de nutrientes. Estos incluyen comidas rápidas, alimentos chatarra y refrescos.
No beber suficiente agua y otros líquidos
Tener un cambio en la dieta. Esto incluye cuando los bebés cambian de la leche materna a la fórmula, o cuando empiezan a comer alimentos sólidos.
Falta de actividad física
Los niños que ven mucha televisión y juegan videojuegos no hacen suficiente ejercicio. El ejercicio ayuda a mover los alimentos digeridos a través de los intestinos.
Problemas emocionales
No querer utilizar baños públicos. Los niños pueden entonces retener sus evacuaciones, lo que causa estreñimiento.
Atravesar el control de esfínteres. Este puede ser un momento difícil para muchos niños pequeños.
Tener luchas de poder con los padres. Los niños pequeños pueden retener sus evacuaciones a propósito.
Sentirse estresado debido a la escuela, los amigos o la familia
Niños ocupados
Algunos niños no prestan atención a las señales que su cuerpo les da de tener una evacuación intestinal. Esto puede suceder cuando el niño está demasiado ocupado jugando. Se olvidan de ir al baño
El estreñimiento también puede ser un problema cuando se inicia un nuevo año escolar. Los niños no pueden ir al baño cada vez que sienten la necesidad. Tienen que cambiar su rutina intestinal.
Problema físico subyacente
En casos raros, el estreñimiento puede consecuencia de un problema físico más importante. Estos problemas físicos pueden incluir:
Problemas del tracto intestinal, el recto o el ano
Problemas del sistema nervioso, tales como la parálisis cerebral
Problemas endocrinos, como el hipotiroidismo
Determinados medicamentos, como los suplementos de hierro, algunos antidepresivos y narcóticos como la codeína
Los síntomas pueden ser levemente distintos en cada niño. Incluyen, por ejemplo, lo siguiente:
No tener una evacuación intestinal durante algunos días
Pasar heces duras y secas
Tener distensión, calabres o dolor abdominal (del vientre)
Falta de apetito
Mostrar signos de tratar de contener las heces, por ejemplo, apretar los dientes, cruzar las piernas, apretar las nalgas y que se ponga roja la cara
Pequeñas marcas de heces blandas o líquidas en la ropa interior de un niño
Los síntomas del estreñimiento pueden parecerse a los de otros problemas de salud. Asegúrese de que su hijo consulte a su proveedor de atención médica para tener un diagnóstico.
El proveedor de atención médica le preguntará sobre los síntomas de su hijo y sus antecedentes de salud. También le hará un examen físico a su hijo. Dependiendo de la edad del niño es, se le puede hacer preguntas tales como:
¿Qué edad tenía su bebé cuando tuvo su primera defecación?
¿Con qué frecuencia su niño tiene una evacuación intestinal?
¿Su hijo se queja de dolor al defecar?
¿Ha estado tratando de enseñarle a controlar los esfínteres a su hijo últimamente?
¿Qué alimentos come su niño?
¿Ha habido algún evento estresante en la vida de su hijo?
¿Con qué frecuencia su hijo se defeca en su ropa interior?
El proveedor de su hijo también puede querer hacerle algunas pruebas para determinar si hay algún problema. Esos exámenes pueden incluir:
Examen rectal digital (DRE). El proveedor de su niño pone un dedo enguantado y engrasado (lubricado) en el recto de su hijo. El proveedor detecta si existe algo anormal.
Radiografía abdominal. Esta prueba comprueba la cantidad de heces en el intestino grueso.
Enema de bario. Es un examen radiográfico del recto, el intestino grueso y la parte inferior del intestino delgado. A su hijo le darán un líquido metálico llamado bario. El bario recubre los órganos para que puedan verse en una radiografía. El bario se pone en un tubo y se inserta en el recto de su hijo en forma de enema. Una radiografía del abdomen mostrará si su hijo tiene alguna zona estrechada (estenosis), bloqueos u otros problemas.
Manometría anorrectal. Esta prueba comprueba la fuerza de los músculos del ano y los reflejos de los nervios. También comprueba la capacidad del niño para detectar que el recto está lleno (distensión rectal) y que necesita una evacuación intestinal. Y evalúa lo bien que los músculos trabajan juntos durante la defecación.
Biopsia rectal. Esta prueba toma una muestra de las células en el recto. La muestra se examina bajo el microscopio para detectar algún problema.
Sigmoidoscopia. Esta prueba analiza la parte interior del intestino grueso. Ayuda a detectar qué puede estar causando diarrea, dolor abdominal, estreñimiento, crecimientos anormales y sangrado. Le insertarán un tubo corto y flexible, con luz, llamado sigmoidoscopio, en el intestino de su hijo a través del recto. A través de este tubo le enviarán aire hacia el intestino para inflarlo. Así, será más fácil ver en su interior.
Estudio de tránsito colorrectal. Esta prueba muestra cómo el alimento se mueve a través del colon de su hijo. Le pedirán a su hijo que trague unas pastillas (cápsulas) que contienen unos pequeños marcadores que pueden verse en una radiografía. El niño come una dieta con alto contenido de fibra durante los próximos días. Le tomarán radiografías entre tres y siete días después de haber tragado las cápsulas. Las radiografías mostrarán cómo se han movido las pastillas a través del colon.
Colonoscopia. Este examen observa la totalidad del recorrido del intestino grueso. Puede ayudar a detectar si hay cualquier crecimiento anormal, tejido que esté enrojecido o hinchado, llagas (úlceras) y sangrado. La prueba utiliza un tubo largo, flexible y con luz (colonoscopio). El tubo se le coloca en el recto de su hijo hasta el colon. Este tubo permite al proveedor ver el revestimiento del colon y tomar una muestra de tejido (biopsia) para analizarla. También es posible que el proveedor quiera corregir aquellos problemas que encuentre.
Análisis de laboratorio. Se pueden hacer varios análisis. Estos incluyen pruebas para comprobar si existen problemas tales como enfermedad celíaca, infección del tracto urinario, problemas de tiroides, problemas metabólicos y el nivel de plomo en la sangre.
El tratamiento dependerá de los síntomas, la edad y el estado general de salud de su hijo. También variará según la gravedad de la afección.
El tratamiento puede incluir cambios en la dieta y estilo de vida, tales como:
A menudo, hacer cambios en la dieta de su hijo ayudará a eliminar el estreñimiento. Ayude a su niño a comer más fibra mediante:
El agregado de más frutas y verduras
El agregado de más cereales integrales y panes. Compruebe las etiquetas de nutrición en los paquetes de alimentos para determinar aquellos que tienen más fibra.
Alimentos |
Contenido moderado de fibra |
Contenido alto de fibra |
Pan |
Pan integral, pan de granola, molletes (muffins) de salvado de trigo, waffles de granos integrales, palomitas de maíz |
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Cereales |
Cereales de salvado, trigo triturado, harina de avena, granola, salvado de avena |
Cereales con 100% de salvado |
Vegetales |
Remolacha (betabel), repollitos de Bruselas, repollo, zanahorias, maíz, habichuelas (judías), calabaza bellota y butternut, espinaca, papas con la piel, aguacate |
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Fruitas |
Manzanas con cáscara, dátiles, papayas, mangos, mandarinas, naranjas, peras, kiwis, fresas, compota de manzana, frambuesas, moras, uvas pasas |
Ciruelas cocidas, higos disecados |
Sustitutos de la carne |
Mantequilla de maní, nueces |
Frijoles horneados, frijoles caupí, garbanzos, frijoles verdes, frijoles rojos, chile con frijoles, trail mix (mezcla de cereales y frutas secas) |
Otros cambios en la dieta que pueden ayudar incluyen:
Hacer que su hijo beba más líquidos, especialmente agua
La limitación de las comidas rápidas y los alimentos chatarra que a menudo son altos en grasas. Ofrecer comidas y aperitivos mejor balanceados en su lugar.
Limitación de las bebidas con cafeína, como refrescos y té
Limitación de la leche entera tal como le haya indicado el proveedor de atención médica de su hijo.
También es buena idea que su hijo coma en un horario periódico. Comer una comida, a menudo, causa un movimiento intestinal en el plazo de 30 a 60 minutos. Sirva el desayuno temprano. Esto le dará tiempo a su hijo a tener una evacuación intestinal en su hogar antes de salir corriendo a la escuela.
Lograr que su hijo haga más ejercicio también puede ayudar con el estreñimiento. El ejercicio colabora con la digestión. Ayuda a que los movimientos normales de los intestinos empujen la comida hacia adelante, a medida que se digiere. Las personas que no se mueven mucho, a menudo, son estreñidos. Haga que su hijo salga a jugar en lugar de ver la televisión o hacer otras actividades bajo techo.
Trate de que su hijo evacúe su intestino de forma periódica. Haga que su niño se siente en el inodoro al menos dos veces al día durante al menos 10 minutos. Trate de hacer esto justo después de una comida. Asegúrese de hacer que ese sea un momento agradable. No se enoje con su hijo por no tener una evacuación intestinal. Utilice un sistema de recompensas para que sea divertido. Dele calcomanías u otras golosinas pequeñas. O haga carteles para mostrar el avance de su hijo.
En algunos casos, es posible que estos cambios no ayuden. O el proveedor de atención médica de su hijo puede detectar otro problema. Si es así, el médico puede recomendar el uso de laxantes, ablandadores fecales o un enema. Estos productos deben utilizarse únicamente si lo recomienda el proveedor de su hijo. No los use sin hablar primero con el proveedor de su hijo.
Las heces duras pueden irritar o desgarrar la pared del ano (fisuras anales). Esto hace que sea doloroso defecar. Su hijo puede evitar tener una evacuación intestinal porque duele. Esto puede hacer que empeore el estreñimiento.
El estreñimiento se puede prevenir al averiguar los momentos en los que se puede producir y hacer los cambios apropiados.
Por ejemplo, puede tener lugar cuando los bebés comienzan a comer alimentos sólidos. Esto se debe a que no tienen suficiente fibra en su nueva dieta. Puede agregar fibra a la dieta del bebé, dándole puré de verduras y frutas. O pruebe con trigo integral o cereales multigrano.
El estreñimiento también puede ocurrir durante el control de esfínteres. Los niños a los que no les gusta usar el baño de forma periódica puede contener sus heces. Esto causa estreñimiento.
Todos los niños deben recibir la cantidad adecuada de fibra y líquidos. Otras medidas preventivas incluyen asegurarse de que su hijo tiene:
Acceso regular a un baño
Tiempo suficiente para ir al baño
Actividad física regular
Los mismos cambios de estilo de vida que ayudan a tratar el estreñimiento también pueden ayudar a prevenirlo.
El estreñimiento puede ser a corto plazo (agudo) o largo plazo (crónico). Los niños con enfermedades intestinales pueden tener problemas de estreñimiento crónico. En la mayoría de los casos, el estreñimiento es un problema de corta duración. Si el niño tiene estreñimiento crónico, trabaje con su proveedor de atención médica. Juntos pueden crear un plan de atención que sea adecuado para su hijo.
Llame al proveedor de atención médica de su hijo si desea formularle preguntas o está preocupado por los hábitos o patrones de movimiento intestinal de su hijo. Hable con el proveedor de atención médica si su hijo:
Está estreñido durante más de 2 semanas
No puede realizar actividades normales a causa del estreñimiento
No puede sacar heces con empuje normal
Tiene fugas de heces blandas o líquidas del ano
Tiene desgarros pequeños y dolorosos en la piel alrededor del ano (fisuras anales)
Tiene venas enrojecidas e inflamadas (hemorroides) en el recto.
Tiene dolor de estómago, fiebre o vómitos
El estreñimiento sucede cuando un niño tiene heces muy duras, y tiene un menor número de movimientos intestinales que los normales.
El estreñimiento puede ser consecuencia de la dieta, la falta de ejercicio o problemas emocionales de un niño.
Una vez que un niño tiene estreñimiento, el problema puede empeorar rápidamente.
Hacer cambios en la dieta y estilo de vida puede ayudar a tratar y a prevenir el estreñimiento.
Nunca le administre a su niño un enema, laxante o ablandador de heces a menos que el proveedor de atención médica lo recomiende.
Consejos para ayudarle a aprovechar al máximo una visita al proveedor de atención médica de su hijo:
Tenga en mente la razón de la visita y qué desea que suceda.
Antes de su visita, escriba las preguntas que quiere hacerle.
En la visita, escriba el nombre de un diagnóstico nuevo y de todos los medicamentos, tratamientos o análisis nuevos. Además escriba todas las instrucciones nuevas que le dé el proveedor para su hijo.
Pregunte por qué se se indica un medicamento o tratamiento nuevo, y cómo ayudará a su hijo. Además, consulte cuáles serán los efectos secundarios.
Pregunte si la afección de su hijo se puede tratar de otras maneras.
Infórmese de por qué un análisis o procedimiento se recomienda y qué podrían significar los resultados.
Consulte qué puede ocurrir si su hijo no toma el medicamento o no se hace un análisis o procedimiento.
Si su hijo tiene una cita de control, anote la fecha, la hora y el propósito de esa visita.
Averigüe cómo puede comunicarse con el proveedor de su hijo después del horario de consultorio. Es importante por si su hijo se enferma y usted necesita hacer preguntas o pedir un consejo.
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