La gran mayoría de las mujeres tiene embarazos saludables, y sus bebés nacen sin dificultades. Sin embargo, quienes tienen embarazos de alto riesgo suelen necesitar un control más riguroso para detectar posibles problemas o complicaciones. Afortunadamente, existen muchas pruebas y procedimientos destinados a controlar la salud de la madre y el bebé. Muchos de ellos no representan riesgos o implican un riesgo menor, y pueden suministrar una enorme cantidad de información a los médicos y futuros padres. Algunos tipos de pruebas y procedimientos, no obstante, presentan algunos riesgos para la madre, el bebé o ambos. Por este motivo, si le ofrecen someterse a pruebas prenatales, es importante que le haga a su médico las siguientes preguntas:
¿Por qué es necesario esta prueba en su embarazo?
¿Qué información se obtendrá con la prueba?
¿Cuáles son los beneficios de la prueba?
¿Cuáles son los riesgos, si los hubiere, para usted y para su bebé?
¿Qué otras pruebas se podrían utilizar como alternativa?
¿Quién realizará la prueba?
¿Dónde se llevará a cabo?
¿Cuánto tiempo demoran los resultados?
Los resultados de la prueba, ¿requieren estudios adicionales?
¿Qué opciones tendrá usted basándose en los resultados de la prueba?
¿Qué opciones tiene si opta por no someterse a la prueba?
Algunas madres tienen más probabilidades de necesitar un control más riguroso durante el embarazo. Algunos trastornos que pueden justificar las pruebas maternas y fetales incluyen los siguientes:
Enfermedades maternas anteriores al embarazo (por ejemplo: diabetes, enfermedad de los riñones, enfermedades del corazón)
Toxemia (presión arterial alta durante el embarazo)
Cantidad de líquido anmiótico anormal
Crecimiento anormal del feto
Embarazo múltiple (gemelos o más bebes)
Embarazo largo (o de término prolongado)
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