Parto de feto muerto

¿Qué es el parto de feto muerto?

Suele utilizarse el término "parto de feto muerto" (o mortinato) para referirse a la muerte del feto luego de las 20 semanas de gestación. También se denomina "muerte o fallecimiento fetal intrauterino". Las causas del parto de feto muerto pueden incluir las siguientes:

  • Madre con diabetes o presión arterial alta

  • Infección en la madre o en los tejidos del feto

  • Anomalías de nacimiento (congénitas)

  • Enfermedad Rh. Problema de incompatibilidad de sangre entre la madre y el feto.

  • Problemas con el cordón umbilical, como nudos, estiramiento, enrollamiento alrededor del cuerpo o cuello del feto, prolapso (el cordón cae por el cuello del útero abierto después de que se rompen las membranas)

  • Problemas de la placenta como mala circulación, transfusión de mellizo a mellizo (cuando las circulaciones de los mellizos se conectan en una placenta compartida)

¿Cuáles son los síntomas del parto de feto muerto?

A continuación se enumeran los síntomas más comunes de esta enfermedad. Sin embargo, cada mujer puede experimentarlos de forma diferente. Los síntomas pueden incluir:

  • Detención de los movimientos y patadas del feto

  • Manchas de secreción o sangrado

  • Ausencia de latidos del corazón del feto con estetoscopio o Doppler

  • Ausencia de movimientos y latidos del corazón en la ecografía, lo que posibilita el diagnóstico definitivo de que el feto está muerto. Otros síntomas pueden o no estar vinculados con el parto de feto muerto. 

Los síntomas del parto de feto muerto pueden parecerse a los de otras enfermedades o trastornos de salud. Consulte siempre a su médico para obtener un diagnóstico.

Tratamiento del parto de feto muerto

El tratamiento del parto de feto muerto depende de muchos factores, como la cantidad de semanas de embarazo, el tamaño del feto y el tiempo transcurrido a partir de la detención de los latidos del corazón del feto. Su tratamiento puede incluir lo siguiente:

  • Esperar hasta que la madre comience el trabajo de parto por sí sola

  • Dilatar el cuello del útero y utilizar instrumentos para que el feto y los tejidos sean expulsados

  • Inducir el trabajo de parto utilizando medicamentos para abrir el cuello del útero y hacer que el útero se contraiga y expulse el feto y los tejidos

¿Por qué es un problema el parto de feto muerto?

El parto de feto muerto suele ser muy difícil para los padres y demás miembros de la familia. A veces es más complicado que un aborto espontáneo en un período anterior del embarazo, porque el parto de feto muerto ocurre cuando el embarazo está más avanzado, el feto se ha desarrollado y la madre ha podido sentir su movimiento. A menudo, el feto está completamente formado y es dado a luz como cualquier bebé. Puede resultar muy difícil emocionalmente para una mujer atravesar el trabajo de parto y volver a su casa sin el bebé. Es importante que todos los padres que han experimentado parto de feto muerto sean asesorados para poder comprender lo que sienten y comenzar el duelo.

Duelo por la pérdida de su hijo

Los recuerdos del bebé suelen ayudar a superar el proceso de duelo. Alzar y tocar al bebé son pasos importantes. En una habitación privada del hospital, una enfermera o consejero lleva el bebé a los padres envuelto en una manta. Esto ayuda a los padres a comprender que el bebé realmente ha muerto y les proporciona un recuerdo real, no imaginario. Ver al bebé es de especial ayuda cuando este tiene un defecto congénito. Con frecuencia, la idea de los padres del defecto es mucho peor que el problema real. Las fotografías del bebé también pueden ser de ayuda, además de un mechón de cabello o la impresión de sus huellas. Muchos padres desean recordar a su bebé con un funeral o un servicio conmemorativo. Esto también puede ayudar a amigos y otros parientes a comprender la pérdida que han sufrido los padres.

Algunos padres quizá deseen saber más sobre la causa de la muerte de su bebé, en especial si no existen factores claros. A menudo existe la posibilidad de realizar autopsias o análisis genéticos y de los cromosomas especiales. Los resultados pueden compartirse con los padres en un encuentro con su médico varias semanas después. La autopsia no impide que los padres puedan ver y sostener al bebé, y puede realizarse antes del funeral, si los padres así lo desean.