Neumonía en niños

¿Qué es la neumonía?

La neumonía es la inflamación de los pulmones provocada por bacterias, virus o irritantes químicos. Es una infección o inflamación grave en la que los sacos de aire se llenan de pus y de otros líquidos.

  • Neumonía lobulillar. Afecta a una o más secciones (lóbulos) de los pulmones.

  • Neumonía bronquial (o bronconeumonía). Afecta por zonas a ambos pulmones.

 

Anatomía del sistema respiratorio en niños
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¿Cuáles son los diferentes tipos de neumonía?

Los principales tipos de neumonía son los siguientes:

  • Neumonía bacteriana. Provocada por diferentes bacterias. La Streptococcus pneumoniae es la bacteria que con mayor frecuencia provoca la neumonía bacteriana.

    Entre muchas otras bacterias que provocan esta enfermedad se incluyen:

    • Estreptococo del grupo B

    • Staphylococcus aureus

    • Estreptococo del grupo A

    La neumonía bacteriana puede tener un comienzo repentino, y puede presentar los siguientes síntomas:

    • Tos productiva (con moco)

    • Dolor de pecho

    • Vómitos o diarrea

    • Disminución del apetito

    • Fatiga

    • Fiebre

  • Neumonía viral. Provocada por diferentes virus, entre los que se incluyen:

    • El virus sincitial respiratorio (más frecuente en los niños menores de 5 años)

    • El virus parainfluenza

    • Virus de la influenza (gripe)

    • Adenovirus

    Los primeros síntomas de la neumonía viral son los mismos que los de la neumonía bacteriana. Sin embargo, ante la presencia de neumonía viral, el compromiso respiratorio ocurre muy lentamente. Pueden producirse también sibilancias y la tos puede empeorar.

    Las neumonías virales predisponen al niño a contraer una neumonía bacteriana.

  • Neumonía por micoplasma. Presenta síntomas y signos físicos un tanto diferentes a los de los otros tipos de neumonía. Suelen causar una neumonía leve y generalizada que afecta a personas de todas las edades, pero se presentan más casos en niños mayores de 5 años.

    En general, no comienzan como un resfrío, y los síntomas pueden incluir:

    • Fiebre y tos, en primer lugar

    • Tos persistente, que puede durar tres o cuatro semanas

    • Tos intensa que puede producir flema

    Otras neumonías menos frecuentes pueden ser provocadas por la aspiración de alimentos, líquidos, gases o polvo, o por hongos.

¿Cuáles son los síntomas de la neumonía?

Además de los síntomas mencionados anteriormente, todos los tipos de neumonía presentan los siguientes síntomas. Sin embargo, cada niño puede experimentar los síntomas de manera diferente. Los síntomas pueden incluir:

  • Fiebre

  • Dolor en el pecho o en el estómago

  • Disminución del apetito

  • Escalofríos

  • Respiración rápida o dificultad para respirar

  • Vómitos

  • Dolor de cabeza

  • Malestar general

  • Irritabilidad

Los síntomas de la neumonía pueden parecerse a los de otros trastornos o problemas médicos. Consulte siempre al proveedor de atención médica de su hijo para obtener un diagnóstico.

¿Cómo se diagnostica la neumonía?

En general, el diagnóstico se basa en la época del año y en la gravedad de la enfermedad. Sobre la base de estos factores, su proveedor de atención médica puede realizar el diagnóstico simplemente con los antecedentes médicos y el examen físico completos, pero también puede incluir algunos de los siguientes exámenes para confirmar el diagnóstico:

  • Radiografía de tórax: se trata de un examen de diagnóstico que utiliza rayos electromagnéticos invisibles (rayos X) para producir imágenes de los tejidos internos, los huesos y los órganos en una placa.

  • Exámenes de sangre, hemograma para confirmar una infección; gasometría arterial para analizar la cantidad de dióxido de carbono y oxígeno presentes en la sangre.

  • Cultivo de esputo: una prueba de diagnóstico que se realiza en el material expulsado en la tos desde los pulmones hacia la boca. El cultivo de esputo suele llevarse a cabo para determinar la existencia de una infección. Esta prueba no es de rutina porque es difìcil obtener muestras de esputo de los niños.

  • Oximetría de pulso: un oxímetro es un dispositivo pequeño que mide la cantidad de oxígeno en la sangre. Para obtener esta medición, se pega un pequeño sensor con una cinta adhesiva en un dedo de la mano o del pie. Cuando el dispositivo está encendido, se mostrará una luz roja en el sensor. El sensor no provoca dolor y la luz roja no se calienta.

  • TC de tórax: prueba donde se toma una imagen de las estructuras del pecho (se hace con muy poca frecuencia).

  • Broncoscopia: procedimiento que permite observar las vías respiratorias de los pulmones (se hace con muy poca frecuencia).

  • Cultivo de fluidos pleurales: consiste en el cultivo de una muestra de fluidos tomada del espacio pleural (el espacio existente entre los pulmones y la pared torácica) para identificar la bacteria causante de la neumonía.

Tratamiento para la neumonía

El proveedor de atención médica de su hijo determinará el tratamiento específico de la neumonía según:

  • La edad, el estado general de salud y la historia médica de su hijo

  • La gravedad de la afección

  • La causa de la afección

  • La tolerancia que su hijo tenga a determinados medicamentos, procedimientos o tratamientos

  • Las expectativas de la evolución de la afección

  • Su opinión o preferencia

El tratamiento para la neumonía bacteriana y por micoplasma puede incluir antibióticos. No existe un tratamiento claramente eficaz para la neumonía viral, que suele curarse por sí misma.

Otros tratamientos pueden incluir los siguientes:

  • Dieta adecuada

  • Aumentar el consumo de líquidos

  • Humidificador de vapor frío en la habitación de su hijo

  • Paracetamol, conocido como acetaminofén, (para la fiebre y el malestar general)

  • Medicamentos para la tos

Es posible que algunos niños con problemas respiratorios graves deban ser hospitalizados y someterse a un tratamiento que puede incluir:

  • Antibióticos por vía oral o intravenosa (IV) si hay una infección bacteriana

  • Administración de líquidos por vía intravenosa (IV), si su hijo tiene dificultades para beber

  • Terapia con oxígeno

  • Succión reiterada de la nariz y la boca de su hijo (para ayudarlo a eliminar las secreciones espesas)

  • Tratamientos respiratorios, según lo ordene el proveedor de atención médica de su hijo