El sistema nervioso es un sistema complejo y sofisticado que regula y coordina las funciones y actividades del cuerpo. Se divide en dos partes principales:
El sistema nervioso central: compuesto por el cerebro y la médula espinal
El sistema nervioso periférico: compuesto por el resto de los elementos neurales
Además del cerebro y la médula espinal, los órganos principales del sistema nervioso son:
Los ojos
Los oídos
Los órganos sensoriales del gusto
Los órganos sensoriales del olfato
Los receptores sensoriales de la piel, los músculos, las articulaciones y otras partes del cuerpo
El sistema nervioso es vulnerable a diversos trastornos. Los trastornos del sistema nervioso pueden incluir los siguientes:
Trastornos vasculares: como el accidente cerebrovascular (ataque cerebral), el accidente isquémico transitorio ("TIA", por sus siglas en inglés), la hemorragia subaracnoidea, la hemorragia y el hematoma subdural y la hemorragia extradural
Infecciones: como por ejemplo la meningitis, la encefalitis, la poliomielitis y el absceso epidural
Trastornos estructurales: como por ejemplo las lesiones encefálicas o de la médula espinal, la parálisis de Bell, la espondilosis cervical, el síndrome del túnel carpiano, los tumores encefálicos o de la médula espinal, la neuropatía periférica y el síndrome de Guillain-Barré
Trastornos funcionales: como por ejemplo los dolores de cabeza, la epilepsia, los mareos y la neuralgia
Trastornos degenerativos: como por ejemplo la enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple, la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), la corea de Huntington y la enfermedad de Alzheimer
Los trastornos más frecuentes en el embarazo incluyen los siguientes:
Migraña
Epilepsia/convulsiones
Esclerosis múltiple
Ataque cerebral
Algunas enfermedades neurológicas no afectan el embarazo o lo hacen en forma mínima, mientras que otras pueden aumentar en gran medida los riesgos de complicaciones y enfermedades de la madre y el feto. Asimismo, el embarazo puede afectar determinados trastornos neurológicos, pero no otros. Las complicaciones relacionadas con el embarazo de presión arterial alta y retención de líquidos (preeclampsia y eclampsia, que es más seria) pueden causar problemas neurológicos.
El cuidado de la mujer embarazada con trastornos neurológicos suele requerir un equipo de médicos. Las mujeres pueden aumentar sus probabilidades de experimentar un embarazo saludable si reciben cuidados prenatales regulares desde el principio y colaboran con los profesionales de la salud en el manejo de la enfermedad.
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