Infecciones urinarias y renales en el embarazo

Una infección urinaria ("UTI", por sus siglas en inglés), es una complicación muy común durante el embarazo. De no tratarse, una infección urinaria puede provocar problemas graves durante el embarazo. La orina normal es estéril. Contiene fluidos, sales y productos de desecho, pero está libre de bacterias, virus y hongos. Los tejidos de la vejiga están aislados de la orina y de las sustancias tóxicas mediante una capa que no permite que las bacterias se adhieran y crezcan en la pared de la vejiga.

Las partes principales del sistema urinario son las siguientes:

  • Dos riñones. Par de órganos de color entre marrón y morado ubicados debajo de las costillas y hacia el centro de la espalda.

  • Dos uréteres. Dos tubos estrechos que llevan la orina de los riñones a la vejiga.

  • Vejiga. Un órgano hueco de forma triangular ubicado en el abdomen inferior.

  • Dos músculos del esfínter. Los músculos circulares que permiten que la orina no gotee cerrándose herméticamente como una cinta de goma alrededor del orificio de la vejiga.

  • Uretra. Este tubo permite que la orina se expulse del cuerpo.

Tipos de infecciones

Durante el embarazo, la función y anatomía del sistema urinario experimentan cambios normales. Por ejemplo, el aumento de tamaño de los riñones y la compresión de los uréteres y la vejiga debido al crecimiento del útero. Durante el embarazo, la vejiga no se vacía como de costumbre. La orina no es tan ácida y contiene más azúcares, proteínas y hormonas. Todos estos factores pueden contribuir al aumento del riesgo de infección urinaria.

  • Bacteriuria asintomática. Infección silenciosa (sin síntomas) que suele ser provocada por la presencia de bacterias en el organismo de la mujer antes del embarazo. Este tipo de infección se produce en entre el 5 y 10 por ciento de las mujeres embarazadas. De no tratarse, la bacteriuria asintomática puede provocar una infección aguda de la vejiga o una infección en los riñones.

  • Uretritis aguda o cistitis. Infección de la vejiga o la uretra que produce síntomas que incluyen dolor o ardor al orinar, micción frecuente, sensación de necesidad de orinar y fiebre.

  • Pielonefritis. Infección renal (riñones). Los síntomas de la pielonefritis pueden incluir los de la cistitis aguda con la adición del dolor de espalda. La pielonefritis puede provocar un parto prematuro (antes de tiempo), infecciones graves y síndrome de dificultad respiratoria aguda.

El organismo que causa la ITU con mayor frecuencia es la Escherichia coli (E. coli), presente normalmente en la zona de la vagina y el recto. También existen otros organismos que pueden provocar infecciones urinarias, como los estreptococos del grupo B, y la gonorrea y clamidia de transmisión sexual.

Además del examen físico y la historia clínica completa, el diagnóstico de las infecciones urinarias se efectúa mediante análisis de orina y cultivo de bacterias. Se recomienda que la mayoría de las mujeres se realicen estos exámenes en la primera consulta prenatal (por embarazo) y durante el embarazo de ser necesario.

El tratamiento de las infecciones urinarias es importante para prevenir complicaciones serias. Es posible que deban administrarse antibióticos. Las mujeres que sufren pielonefritis durante el embarazo a menudo deben ser internadas para recibir antibióticos por vía intravenosa (IV).