Preguntas frecuentes sobre el electroencefalograma (EEG)

¿Por qué es necesario que un niño se realice un EEG?

Es posible que un niño deba realizarse un EEG para encontrar evidencia o para obtener un diagnóstico más específico acerca de lo siguiente:

La mayoría de los EEG se solicitan para niños con retrasos en el desarrollo inexplicables o que experimentan síntomas como pérdida del conocimiento, movimientos o comportamiento anormales. El EEG puede ayudar a determinar si los síntomas se deben a convulsiones u otras afecciones cerebrales.

¿Los EEG son seguros para los niños?

La mayoría de los procedimientos médicos conllevan cierto riesgo, pero los EEG, que se han utilizado durante casi un siglo, son muy seguros. Es poco probable que los niños propensos a tener convulsiones las experimenten durante esta prueba, pero el personal clínico está capacitado para responder de inmediato en caso de que ocurra una convulsión. Los electrodos colocados sobre la piel son pasivos y solo registran la actividad; no estimulan el cerebro ni presentan riesgo de shock. Los EEG requieren que el niño esté quieto y tranquilo, lo que puede ser todo un desafío, pero el EEG no causa dolor en ningún momento.

¿Cuáles son los distintos tipos de EEG?

Los EEG para pacientes ambulatorios constituyen el tipo más común que realizamos en el Laboratorio de EEG de Stanford Medicine Children's Health. Por lo general, demoran unos 90 minutos, durante los cuales el niño debe permanecer quieto y en silencio. En algún momento durante la prueba, el técnico puede ayudar al niño a conciliar el sueño y organizar algunas actividades simples, como dedicar un par de minutos a respirar profundamente u observar una luz estroboscópica durante un período breve. Estas actividades evocan respuestas de ondas cerebrales que ayudan al diagnóstico.

Los EEG ambulatorios/domiciliarios pueden ayudar a obtener aún más información sobre el cerebro de un niño mientras realiza sus rutinas diarias en la comodidad de su hogar. En el laboratorio de EEG, al niño le adhieren electrodos en el cuero cabelludo y los conectan a un dispositivo de registro que lleva en una mochila. Los padres reciben un interruptor que pueden usar para marcar electrónicamente el registro de EEG cuando notan una convulsión u otros eventos anormales. Para obtener aún más información sobre la relación entre la actividad cerebral de un niño y sus movimientos, también se puede enviar una cámara de video a la casa. El EEG ambulatorio/domiciliario suele durar uno o dos días.

EEG para pacientes hospitalizados

Un paciente hospitalizado es un niño que ingresa y permanece en el hospital mientras recibe tratamiento. Por lo tanto, un EEG para pacientes hospitalizados es una prueba extendida que se realiza en el hospital durante uno o más días. Debido a que el niño está bajo observación constante y minuciosa por parte de un experto, se puede obtener una gran cantidad de información relacionada con su comportamiento que contribuirá a interpretar los datos del EEG. Si un niño tiene convulsiones poco frecuentes o difíciles de detectar, por ejemplo, el EEG para pacientes hospitalizados puede ayudar a garantizar que la convulsión se registre claramente de forma simultánea tanto en el video como en el EEG y que el diagnóstico se pueda hacer con mayor precisión. 

Cuando se admite a un paciente hospitalizado para la realización de un EEG, se lo llevará a una habitación privada donde estará cómodo y luego le colocarán los electrodos. El niño podrá moverse por la habitación, mirar televisión, leer o jugar videojuegos. Los padres permanecerán en la habitación con su hijo.

¿Qué sucede durante un EEG?

Los padres pueden acompañar a sus hijos a la sala de EEG. Y se alienta a los niños a traer una almohada, una manta o un peluche si estos objetos los ayudan a sentirse más relajados y como en casa.

Durante el EEG, se traza la actividad eléctrica del cerebro del paciente en un gráfico a lo largo del tiempo y se registra digitalmente. Por ejemplo, una lectura de EEG se ve así. Según lo que busque el neurólogo, puede registrar solo 10 minutos de sueño o hasta una noche completa. La siguiente imagen representa aproximadamente un minuto de lectura del EEG. Cada línea horizontal ondulada muestra una lectura de electrodos en diferentes posiciones en el cuero cabelludo del niño:


Figura 1. Imagen de EEG que representa aproximadamente un minuto de sueño de un niño. Cada línea es una lectura de un electrodo colocado en una parte diferente de la cabeza. Cada línea vertical representa el transcurso de ocho segundos.

Un EEG realizado durante el mismo período de tiempo mientras el niño está despierto podría verse así:


Figura 2. EEG tomado durante la misma cantidad de tiempo mientras el paciente está despierto. Los EEG están repletos de información sobre lo que sucede en diferentes partes del cerebro del niño.

El técnico de EEG también puede grabar un video de la actividad física del niño durante la prueba para vincularla con las lecturas de las ondas cerebrales, lo que añade niveles más profundos de información.

Durante el examen:

  • Una vez que el niño se instala, el técnico de EEG mide su cabeza y hace pequeñas marcas en el cuero cabelludo con un marcador lavable. Estas marcas indican dónde se deben colocar los adhesivos que sostienen los electrodos.
  • El técnico limpia cada área marcada en el cuero cabelludo con una loción arenosa para asegurarse de que los adhesivos, que son del tamaño de un botón, se peguen bien a la piel. El técnico pega los adhesivos con una pasta y luego conecta un cable (electrodo) a cada adhesivo. Los cables transportan información sobre la actividad eléctrica del cerebro al registrador del EEG.
  • Cuando comienza la prueba, se le solicitará al niño que se siente o acueste y se mantenga lo más quieto posible y, en ocasiones, que respire rápidamente (hiperventilación), mire luces intermitentes o intente dormir.
  • La prueba suele durar unos 90 minutos.
  • Durante el EEG, también se puede grabar un video del niño.
  • Es muy poco probable que la hiperventilación o las luces intermitentes durante el EEG provoquen una convulsión en un niño con trastorno convulsivo. Si esto llegara a suceder, puede ser útil para brindar información importante a los neurólogos sobre en qué parte del cerebro comienza la convulsión, cómo se propaga y de qué tipo de convulsión se trata.

¿Cómo preparo a mi hijo para un EEG?

La preparación para el EEG de un niño comienza la noche anterior a la prueba.

  • La noche anterior al EEG, debe lavar el cabello del niño para eliminar cualquier tipo de aceite o producto para el cabello. Para que los técnicos puedan colocar correctamente los electrodos en el cuero cabelludo, no use laca, aceite o gel después de lavar el cabello del niño. Quite cualquier tipo de extensión para el cabello y no trence ni recoja el cabello; estos peinados pueden interferir con la colocación de los electrodos.
  • No es necesario que el niño haga ayuno antes de un EEG, ya que un nivel bajo de azúcar en sangre puede influir en los resultados. Siga todas las instrucciones sobre cuándo puede comer el niño antes de someterse a un EEG.
  • Es importante que el niño tenga sueño durante la prueba, por lo que no le permita beber refrescos, café o té con cafeína el día del EEG y siga de cerca todas las instrucciones para mantener al niño despierto la noche anterior.

¿Quién realiza y analiza el EEG?

  • Nuestros EEG están a cargo de un equipo de técnicos en neurodiagnóstico, también llamados técnicos de EEG, experimentados y altamente capacitados bajo la supervisión de un neurólogo. Cada técnico está certificado por la Junta Estadounidense de Registro de Tecnólogos de Electroencefalográficos y Potenciales Evocados (ABRET, American Board of Registration of Electroencephalographic and Evoked Potential Technologists), una agencia de acreditación que garantiza que sus miembros dominan las últimas tecnologías y las prácticas recomendadas. Igual de importante es su amplia experiencia trabajando con niños para mantenerlos felices y relajados, y ayudarlos a conciliar el sueño cuando lo necesitan y a permanecer despiertos cuando deben hacerlo. Los técnicos también toman notas en cada EEG e identifican los movimientos normales, como parpadear, bostezar o estornudar, que de otro modo pueden afectar la interpretación adecuada de la prueba.   
  • Los patrones de ondas cerebrales no solo cambian si un niño está dormido o despierto, o debido a ciertas anomalías neurológicas como la epilepsia, sino que también evolucionan de forma diferente a medida que el niño crece. Esa es solo una de las múltiples e importantes razones por las que el EEG de un niño debe realizarse en un lugar en donde sus técnicos se dediquen a trabajar con niños y neurólogos especializados en EEG pediátricos supervisen dicha prueba.

¿Qué sucede después de un EEG?

Una vez que se completa la prueba, el técnico retira los electrodos y lava la pasta pegajosa con agua tibia. Es posible que el niño necesite un lavado de cabello cuando vuelva a casa para eliminar los restos de la pasta. El niño puede volver a su rutina normal inmediatamente después de realizarse un EEG.

Un epileptólogo (un neurólogo que se especializa en el tratamiento de la epilepsia) leerá e interpretará el EEG y analizará los resultados con el proveedor de atención médica del niño. Programe una cita de seguimiento con el proveedor de atención médica del niño para revisar los resultados de la prueba. Hágale saber si se produjeron cambios o si se intensificaron las convulsiones u otros síntomas después de la prueba.