Un absceso cervical es una acumulación de pus de una infección en los espacios que se encuentran entre las estructuras del cuello. A medida que la cantidad de pus aumenta, los espacios de las partes blandas se expanden y comprimen las estructuras del cuello como por ejemplo, la garganta, la lengua y, en casos extremos, la tráquea (conducto de aire). Los abscesos cervicales también se denominan abscesos en el cuello o infecciones cervicales profundas.
Existen varios tipos de abscesos cervicales que se presentan en niños, entre los que se incluyen los siguientes:
absceso retrofaríngeo - absceso que se forma detrás de la faringe (parte posterior de la garganta), con frecuencia luego de una infección de las vías respiratorias superiores. En los niños, los ganglios linfáticos en esta región pueden infectarse y se destruyen, formando pus. Este tipo de absceso se presenta con mayor frecuencia en niños pequeños, puesto que estos ganglios linfáticos se atrofian (se reducen) cuando el niño alcanza la pubertad.
absceso periamigdalino - absceso que se forma en las paredes del tejido junto a las amígdalas (órganos linfáticos en la parte posterior de la garganta). Este tipo de absceso se presenta con mayor frecuencia en adolescentes y adultos jóvenes, y rara vez se observa en niños pequeños. Un absceso periamigdalino a menudo se denomina angina.
angina de Ludwig - absceso que se encuentra debajo de los tejidos en el piso de la boca. El pus se acumula debajo de la lengua y la empuja hacia arriba y hacia la parte posterior de la garganta, lo cual puede provocar problemas respiratorios y de deglución. La angina de Ludwig no es común en niños pequeños, pero puede presentarse en adolescentes mayores, especialmente después de una infección dental.
Un absceso cervical se produce durante o justo después de una infección bacteriana o viral en la cabeza o cuello, como por ejemplo, un resfrío, una amigdalitis, una infección de los senos paranasales o una otitis media (infección del oído). A medida que la infección empeora, puede afectar los espacios entre el tejido profundo del cuello o detrás de la garganta. El pus se acumula en estos espacios y forma una masa. A veces, se produce un absceso cervical luego de la inflamación o infección de una masa cervical congénita (presente al nacer) como por ejemplo, un quiste branquial o un quiste tirogloso.
A continuación se enumeran los síntomas más comunes de un absceso cervical. Sin embargo, cada niño puede experimentarlos de una forma diferente. Los síntomas pueden incluir:
fiebre
garganta enrojecida, inflamada y dolorida, a veces sólo de un lado
protuberancia en la parte posterior de la garganta
lengua retraída contra la garganta
dolor o rigidez en el cuello
dolor de oídos
malestar general
escalofríos
dificultad para tragar, hablar o respirar
Los síntomas de un absceso cervical pueden parecerse a los de otros trastornos o problemas médicos. Siempre consulte al médico de su hijo para obtener un diagnóstico.
El diagnóstico generalmente se realiza mediante un examen físico. Además de este examen y los antecedentes médicos completos, los procedimientos para diagnosticar un absceso cervical pueden incluir los siguientes:
cultivo de exudado faríngeo - procedimiento mediante el cual se toma una muestra de exudado faríngeo y se la monitorea en el laboratorio para determinar el tipo de microorganismo que provoca la infección.
análisis de sangre - para determinar la respuesta del cuerpo a la infección.
biopsia - procedimiento en el que se toman muestras de tejido (con aguja o durante una cirugía) para examinarlas con un microscopio.
radiografía - estudio de diagnóstico que utiliza rayos de energía electromagnética invisible para obtener imágenes de los tejidos, los huesos y los órganos internos en una placa radiográfica.
tomografía computarizada (También llamada TC o TAC.) - procedimiento de diagnóstico por imágenes que utiliza una combinación de radiografías y tecnología computarizada para obtener imágenes de cortes transversales (a menudo llamadas "rebanadas") del cuerpo, tanto horizontales como verticales. Una TC muestra imágenes detalladas de cualquier parte del cuerpo, incluidos los huesos, los músculos, el tejido adiposo y los órganos. Las tomografías computarizadas muestran más detalles que las radiografías generales.
El tratamiento específico para un absceso cervical será determinado por el médico de su hijo basándose en lo siguiente:
la edad de su hijo, su estado general de salud y sus antecedentes médicos
la gravedad del trastorno
la tolerancia de su hijo a determinados medicamentos, procedimientos o terapias
las expectativas para la evolución del trastorno
su opinión o preferencia
El tratamiento puede incluir:
antibióticos (para tratar la infección)
Con frecuencia, los antibióticos deben ser administrados en forma endovenosa (en la vena) y es posible que el niño deba ser hospitalizado.
drenaje del absceso utilizando una aguja
Mediante este procedimiento también puede ser necesario que el niño sea hospitalizado.
El médico de su hijo dará instrucciones específicas para aliviar los síntomas del niño, entre las cuales se pueden incluir gargarismos y medicamentos para aliviar el dolor.
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