El trastorno de atracones compulsivos es una enfermedad que consiste en comer, en un período específico, más alimentos que los que otros comen en la misma cantidad de tiempo y bajo las mismas circunstancias. Se diferencia de la bulimia en que los que tienen el trastorno no purgan el cuerpo del exceso de comida a través de vómitos, laxantes o diuréticos.
Las personas con trastorno de atracones compulsivos, a menudo:
Consumen grandes cantidades de comida.
No paran de comer hasta que se sienten demasiado llenos.
Sienten vergüenza por la cantidad de comida que consumen.
Tienen antecedentes de variaciones de peso.
Tienen más dificultad para perder peso o mantenerlo que otras personas con serios problemas de peso.
Alrededor del 1% al 2% de la población general tiene trastorno de atracón compulsivo, y es más frecuente en mujeres que en hombres.
Algunas, pero no todas, de las complicaciones médicas que pueden resultar del trastorno de atracones compulsivos son las siguientes:
Exceso de peso u obesidad
Aumenta el riesgo de lo siguiente:
Colesterol alto
Hipertensión arterial
Diabetes
Enfermedad de la vesícula biliar
Enfermedad cardíaca
Algunos tipos de cáncer
Aumenta el riesgo de enfermedades psiquiátricas, en especial, depresión
Es muy común que las personas con trastorno de atracones compulsivos consuman grandes cantidades de comida en un tiempo corto — a menudo, comida chatarra — para reducir el estrés y calmar la ansiedad.
Al atracón compulsivo suele seguirle la culpa y la depresión.
Las personas con trastorno de atracones compulsivos tienen mayor riesgo de trastornos del estado de ánimo depresivo, ansiedad y drogadicción.
Para entender los trastornos alimenticios, los investigadores habían estudiado el sistema neuroendocrino, que está formado por una combinación del sistema nervioso central y el hormonal.
El sistema neuroendocrino regula múltiples funciones de la mente y del cuerpo. Se determinó que varios de los siguientes mecanismos reguladores pueden, hasta cierto punto, estar afectados en personas con trastornos alimenticios:
El funcionamiento sexual
El crecimiento y el desarrollo físico
El apetito y la digestión
El sueño
El funcionamiento del corazón
El funcionamiento de los riñones
Las emociones
El pensamiento
La memoria
Muchas personas con trastornos alimenticios también parecen tener depresión, y se piensa que puede existir un vínculo entre estos dos trastornos. Por ejemplo:
Las investigaciones demuestran que algunas personas con trastorno de atracones compulsivos pueden responder bien a antidepresivos que afectan la función de la serotonina en el cuerpo.
Se habían descubierto similitudes bioquímicas entre personas con trastornos alimenticios y trastorno obsesivo-compulsivo (OCD por sus siglas en inglés), y las personas con OCD tienen, a menudo, comportamientos alimenticios irregulares.
Debido a que los trastornos alimenticios tienden a ser genéticos y con frecuencia, las mujeres de la familia son las más afectadas, se piensa que los factores genéticos cumplen un rol importante en los trastornos.
Pero otras influencias, tales como el comportamiento y el entorno, también cumplen un papel importante. Considere estos factores según la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (American Psychiatric Association):
Aunque la mayoría de las personas con trastorno de atracones compulsivos son adolescentes y mujeres adultas jóvenes, este trastorno también puede afectar a mujeres mayores y hombres de cualquier edad.
Las personas con profesiones o actividades que ponen énfasis en la delgadez, tales como modelos, bailarines, gimnastas, luchadores y corredores de fondo, son más susceptibles a tener este trastorno.
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