El dolor de pezones es común en las madres que están amamantando.
Sin embargo, amamantar no debe doler. Además, la piel de sus pezones no tiene por qué agrietarse más que la de cualquier otra parte del cuerpo. No obstante, es bastante común sentir un leve aumento de sensibilidad durante la primera o segunda semana de amamantamiento. Luego, el dolor debe desaparecer.
Si siente un dolor agudo en los pezones o si los pezones o aréola están magullados, es probable que se deba a que el bebé no se prende correctamente o no succiona de manera eficaz. Si observa que sus pezones se enrojecen demasiado, están en carne viva, ampollados o agrietados, es probable que el bebé tenga dificultades para prenderse o succionar. Una dificultad para prenderse o succionar o algún tipo de variación en la estructura de la boca del bebé puede hacer que los pezones se vean arrugados o blanqueados al terminar de amamantar.
Si los pezones se enrojecen y arden o provocan un dolor agudo después de semanas o meses de amamantar sin dolor, puede deberse a una infección micótica como la candidiasis. El hongo puede tener el aspecto de parches blancos en la boca del bebé o también puede manifestarse como una erupción del pañal de color rojo brillante. Para tratar las infecciones fúngicas se requieren medicamentos específicos. Para obtener mayor información e indicaciones relativas al tratamiento, consulte al proveedor de atención médica de su bebé.
Las siguientes son algunas recomendaciones:
Crema de lanolina, o su propia leche materna, pueden mantener sus pezones hidratados.
Use ropa y un sostén y sueltos.
Cámbiese las almohadillas para lactancia con frecuencia para mantenerlas limpias y secas.
Use únicamente un jabón suave y agua para lavar sus senos y pezones.
Cambie de posición cada vez que amamante.
Ciertas cremas o apósitos pueden estimular la curación. Otros pueden en realidad causar más daño. Se deben usar con cuidado con la supervisión de un proveedor de atención médica. Además, evite cualquier tratamiento (jabones o sustancias químicas agresivos) que podrían terminar secando los pezones. Esto puede llevar a que se agriete la piel.
Encontrar la causa del dolor de los pezones puede ser difícil. Hable con su proveedor de atención médica o con un consultor en lactancia para que la evalúen y le den sugerencias de cómo resolver el problema.
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