Controles de bienestar infantil

Debido a que el crecimiento rápido y los cambios son parte fundamental de la infancia, es más probable que su hijo realice visitas de bienestar durante este período. Durante el control de su hijo, el pediatra registrará todos los signos vitales, incluidos la altura y el peso, realizará exámenes auditivos y de la vista, y realizará un examen físico completo, que incluye ofrecer las vacunas correspondientes. El pediatra también identificará si hay algún problema o retraso en el crecimiento o desarrollo.

Temas importantes analizados

Una de las partes más importantes de un control de bienestar infantil es la atención de salud preventiva. Esto significa que, incluso si su hijo es saludable, estas visitas de rutina siguen siendo importantes para analizar la salud de su hijo con el pediatra. La comunicación es siempre la clave.

El pediatra también le proporcionará información sobre el desarrollo, la alimentación, la seguridad, el descanso y otros temas importantes que deberá conocer a medida que su hijo crezca. Si tiene alguna pregunta o inquietud sobre la salud de su hijo, estos controles son el mejor momento para abordarlas.

Durante la visita, el pediatra determinará si su hijo está alcanzando los objetivos normales de desarrollo. También se registrará la altura, el peso y la circunferencia de la cabeza de su hijo en una tabla de crecimiento, que se guarda con los registros médicos de su hijo. El médico también podría hablar con usted sobre otros asuntos como las relaciones familiares, la escuela y el acceso adecuado a los servicios comunitarios.

Cuándo visitar al pediatra

La Academia Estadounidense de Pediatría (American Academy of Pediatrics, AAP) recomienda este cronograma para saber cuándo debe ir su hijo a sus visitas de bienestar infantil: una vez que nazca, su primera visita será probablemente unos días después de que le den el alta del hospital. Después de eso, debería realizar seis controles antes del 1.er año, dos controles adicionales antes de que cumpla 2 años y, luego, al menos un control cada año hasta los 21 años. Sin dudas, este cronograma puede cambiar dependiendo de la salud de su hijo o si el pediatra identifica algún problema del desarrollo. Posteriormente, si tiene alguna inquietud sobre la salud de su hijo, también puede llamar al pediatra para programar citas adicionales.