El tipo más común de infección del seno es la mastitis de la lactancia. Sucede cuando una mujer está amamantando. Los pezones se agrietan e irritan, lo que permite que las bacterias de la boca del bebé ingresen a los conductos y se multipliquen rápidamente en la leche. Ocasionalmente, la infección también surge de un conducto lácteo bloqueado. En ambos casos, el seno se vuelve duro, enrojecido, caliente y doloroso.
El tratamiento específico para la mastitis de la lactancia será determinado por su proveedor de atención médica según lo siguiente:
Su edad, su estado general de salud y su historial médico
La gravedad de la afección
Su tolerancia a procedimientos, terapias o medicamentos específicos
Las expectativas con respecto a la evolución de la afección
Su opinión o preferencia
Su proveedor de atención médica puede sugerirle tratar de desbloquear el conducto con compresas calientes y masajes. También puede recetarle antibióticos y un analgésico para el dolor. En algunos casos, la mastitis de la lactancia avanza y forma un absceso, una condición más grave que puede requerir drenaje.
La mastitis no relacionada con la lactancia es similar a la mastitis de la lactancia pero ocurre en mujeres que no están amamantando. En algunos casos, esta afección se da en mujeres que han tenido tumorectomías luego de terapia por radiación, en mujeres con diabetes, o en mujeres cuyo sistema inmunológico está deprimido.
A pesar de que esta condición es rara, generalmente va acompañada de fiebre alta y dolor de cabeza y se trata con antibióticos. Hable con su proveedor de atención médica para su diagnóstico y tratamiento.
El absceso crónico subaureolar es una infección del seno poco frecuente. Se puede requerir cirugía para detener esta infección que es repetitiva. Consulte con su proveedor de atención médica para su diagnóstico y tratamiento.
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