El hígado: anatomía y funciones

Anatomía del hígado

Anatomía del hígado y el sistema biliar con los vasos sanguíneos
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El hígado está situado en la parte superior derecha de la cavidad abdominal, debajo del diafragma y por encima del estómago, el riñón derecho y los intestinos.

El hígado es un órgano de color marrón rojizo oscuro con forma de cono que pesa alrededor de 3 libras.

El hígado recibe irrigación sanguínea a través de las siguientes dos fuentes:

  • La sangre oxigenada que circula hacia el hígado por la arteria hepática.

  • La sangre rica en nutrientes que llega al hígado por la vena porta hepática.

El hígado contiene aproximadamente una pinta (13%) de la sangre total del cuerpo en todo momento. Consta de dos lóbulos principales. Estos están formados cada uno por ocho segmentos que contienen 1,000 lóbulos (lobulillos). Estos se conectan con pequeños conductos (tubos) que, a su vez, se conectan con conductos más grandes que forman el conducto hepático común. El conducto hepático común transporta la bilis producida por las células hepáticas hacia la vesícula biliar y el duodeno (la primera parte del intestino delgado), a través del conducto biliar común.

Funciones del hígado

El hígado regula la mayoría de los niveles de sustancias químicas de la sangre y secreta una sustancia denominada bilis, que ayuda a transportar los desechos desde el hígado. Toda la sangre que sale del estómago y los intestinos pasa por el hígado. El hígado procesa, descompone y equilibra esta sangre, además crea los nutrientes y metaboliza los medicamentos de forma que el cuerpo pueda usarlos sin que resulten tóxicos. Se han identificado más de 500 funciones vitales del hígado. Algunas de las funciones más conocidas incluyen las siguientes:

  • Producción de bilis, que ayuda a transportar los desechos y a descomponer las grasas en el intestino delgado durante la digestión.

  • Producción de ciertas proteínas para el plasma sanguíneo.

  • Producción de colesterol y proteínas especiales para ayudar a transportar las grasas por todo el cuerpo.

  • Conversión del exceso de glucosa en glucógeno para almacenamiento (luego, el glucógeno vuelve a transformarse en glucosa para energía) y equilibra y fabrica glucosa a medida que se necesita.

  • Regulación de los niveles de aminoácidos en sangre, que son las unidades formadoras de proteínas.

  • Procesamiento de la hemoglobina para el uso de su contenido de hierro (el hígado almacena hierro).

  • Conversión del amoníaco tóxico en urea (la urea es uno de los productos finales del metabolismo de las proteínas y se excreta en la orina).

  • Depuración de fármacos y otras sustancias tóxicas de la sangre.

  • Regulación de la coagulación sanguínea.

  • Resistencia a las infecciones mediante la elaboración de factores de inmunidad y eliminación de bacterias del torrente sanguíneo.

  • Depuración de bilirrubina, incluso de los glóbulos rojos. Si existe una acumulación de bilirrubina, la piel y los ojos se ponen amarillos.

Una vez que el hígado ha descompuesto las sustancias nocivas, los subproductos se excretan en la bilis o la sangre. Los subproductos biliares ingresan en el intestino y salen del cuerpo en forma de heces. Los subproductos (hemoderivados) sanguíneos se filtran en los riñones y salen del cuerpo en forma de orina.